sábado, 21 de marzo de 2009


Configuracion interior del craneo..

Estando el sujeto en posición anatómica, un plano transversal de dirección oblicua de delante atrás y de arriba abajo, que pasa por delante por la eminencia frontal media y por detrás por la protuberancia occipital externa divide la caja craneal en su configuración interior en dos regiones:
Región de la bóveda
Región de la base.
a) Región de la Bóveda: La bóveda craneal esta formada por delante por el hueso frontal; en su parte media por los dos huesos parietales; por detrás, por la parte mas elevada de la concha del hueso occipital.
En la línea media y de delante atrás, presenta sucesivamente:
La cresta frontal, en la cual viene a insertarse la hoz del cerebro.
Un canal longitudinal el cual, siguiendo las suturas mediofrontal y sagital, nos conduce hasta la protuberancia occipital interna, limite posterior de nuestra región.
A los lados de la línea media, y procediendo siempre de delante atrás, encontramos sucesivamente: la fosa frontal, la sutura frontoparietal, la fosa parietal, la sutura parietoccipital y la fosa cerebral del occipital. Dejemos también consignada la presencia, a cada lado de la sutura sagital:
Del agujero parietal.
De las depresiones, muy variables en número de extensión, que producen en la superficie ósea los corpúsculos de Pacchioni. Es de hacer notar que estas depresiones están aquí casi siempre situados en el extremo de una rama arterial de la duramadre. Además, hay concordancia casi constante entre la profundidad del surco de esta arteria y el grado de adelgazamiento del cráneo debido a los corpúsculos de Pacchioni. Estás depresiones la mayoría de la veces se encuentran cerca del ángulo bregmatico; ángulo formado por la convergencia de las suturas sagital y mediofrontal, a una distancia de 25 milímetros de esta ultima sutura y a 15 milímetros de la sutura biparietal.
b) Región de la Base: La base del cráneo, relativamente muy elevada por delante, se hace cada vez mas profunda hacia atrás, formando así un plano inclinado sumamente desigual. Para mayor comodidad en la descripción se la divide en tres zonas: anterior, media y posterior.
1.-Zona Anterior: Limitada por delante por el plano convencional que separa la bóveda del cráneo de su base, por detrás esta perfectamente limitada, en la línea media, por el canal óptico y a los lados, por el borde posterior de las alas menores del esfenoides. Está constituida:
En la línea media, por la cara posterior del frontal, la lamina cribosa del etmoides y una parte de la cara superior del cuerpo del esfenoides.
A los lados, por las eminencias orbitarias y las alas menores del esfenoides.
En esta zona encontramos:
En la línea media y de delante atrás:
La porción inferior de la cresta frontal.
El agujero ciego.
La apófisis crista galli.
Una cresta, muy poco marcada, continuación hacia atrás de esta ultima apófisis.
El canal óptico, que lleva una dirección transversal y va a terminar a derecha e izquierda en el agujero óptico. Este canal no existe en la inmensa mayoría de los casos, de ordinario, detrás de la cresta se encuentra una convexidad que une los dos agujeros ópticos.
A cada lado:
Los canales olfatorios, en los cuales se alojan los nervios y los bulbos olfatorios, con los agujeros olfatorios, la hendidura etmoidal y el agujero etmoidal.
El surco etmoidal, que une el agujero del mismo nombre con el conducto orbitario interno anterior.
La sutura frontoetmoidal.
Las eminencias orbitarias, con sus eminencias mamilares (ruga cerebralia) y sus impresiones digitales, articulándose por atrás con las alas menores del esfenoides para formar la sutura frontoesfenoidal. A lo largo de la sutura frontoetmoidal encontramos dos agujeros, denominados conductos etmoidales o conductos orbitarios internos, distinguidos en anterior y posterior, los cuales se abren por la otra parte, en la pared interna de la orbita.
El conducto orbitario interno anterior da paso a la arteria etmoidal anterior y a un filete nervioso sensitivo (filete etmoidal del ramito nasal de la rama oftálmica de WILLIS).
El conducto orbitario interno posterior da paso a la arteria etmoidal posterior y a un pequeño filete nervioso descrito por LUSCHKA.
2.-Zona Media:
Límite anterior: limite posterior de la zona precedente: el canal optimo y el borde posterior de las pequeñas alas del esfenoides.
Límite posterior lo constituyen:
En la línea media, el borde superior de la hoja cuadrilátera del esfenoides;
A los lados, los bordes laterales de esta misma hoja cuadrilátera y el borde superior del peñasco.
Límites laterales de la zona están representados por el plano convencional antes indicado que separa la bóveda de la base.
A la formación de esta zona media concurren: el cuerpo del esfenoides, el ala mayor del mismo hueso, la porción escamosa del temporal y la cara anterior del peñasco. Encontramos, en toda su extensión, la sutura que une el ala mayor del esfenoides, de una parte a la porción escamosa del temporal y de otra parte al borde anterior del peñasco.
En la zona media encontramos sucesivamente:
En la línea media: la silla turca o fosa pituitaria, la cual esta limitada:
Por delante, por el canal óptico y por los dos agujeros ópticos que se abren en los dos extremos del canal;
Por detrás, por el borde superior de la lamina cuadrilátera del esfenoides;
Por los lados, por el canal cavernoso, en el cual se alojan el seno cavernoso y la arteria carótida interna;
En sus cuatro ángulos, por las cuatro apófisis clinoides, dos anteriores y dos posteriores. Ya hemos dicho antes que en la silla turca se aloja el cuerpo pituitario o hipófisis
A los lados: dos excavaciones profundas, llamadas fosas esfenotemporales, en las cuales se aloja el extremo anterior del lóbulo temporal. En estas excavaciones, ricas en impresiones digitales y eminencias mamilares, distinguimos ante todo la depresión o fosita de Gasser, que esta labrada en la parte mas interna de la cara anterior del peñasco, en el cual se aloja el ganglio de Passer o ganglio del nervio trigémino.
Asimismo hemos de considerar en estas fosas contados de delante atrás nueve orificios, cuyo conocimiento es de gran importancia:
La hendidura esfenoidal, que pone en comunicación el cráneo con la orbita y da paso a los nervios: motor ocular común, motor ocular externo, patético y oftálmico, o a sus tres ramas terminales (nervio frontal, nervio lagrimal, nervio nasal), a la vena oftálmica y a algunas ramas de la arteria meníngea media, en el lado externo de la hendidura esfenoidal existe a veces un pequeño tubérculo óseo, que sirve de implantación al anillo de Zinn; por otra parte en el borde inferior de la hendidura encontramos también, en muchos casos, una pequeña espina en la cual toma una inserción suplementaria en el músculo recto externo (músculo del ojo).
El agujero redondo mayor, que se abre en la fosa pterigomaxilar y da paso al nervio maxilar superior.
El agujero oval, que da paso al nervio maxilar inferior y a la arteria meníngea menor.
El conducto innominado de Arlnold (inconstante), a través del cual pasan los pequeños nervios, petroso superficial y petroso profundo, fusionados en una sola y única rama, que constituyen una de las raíces del ganglio óptico.
El agujero redondo menor, por el cual pasa la arteria meníngea media; de paso hagamos constar que de este agujero parte el conducto vascular que mas adelante ira a formar en el parietal las ramificaciones de la hoja de higuera.
El agujero de Vesalio (inconstante), que da paso, cuando existe, a una vena emisaria.
El hiato de Falopio y los orificios accesorios que lo acompañan, abiertos en la cara anterior del peñasco y atravesados por los dos nervios petrosos superficiales, procedentes del facial, y por los nervios petrosos profundos, derivados del nervio de Jacobson, el cual es a su vez una rama del nervio glosofaríngeo; aquí también hemos de consignar la existencia de dos canales oblicuos que son la continuación de esos orificios y por los cuales corren de fuera a dentro los filetes nerviosos que acabamos de indicar.
El agujero rasgado anterior, situado un poco por dentro del agujero global, entre el peñasco y el borde interno del ala mayor del esfenoides; agujero que en estado fresco esta cerrado por una lamina fibrocartilaginosa atravesada por el nervio vidiano.
El orificio interno del conducto carotideo, abierto en el vértice del peñasco y que conduce la carótida interna al canal cavernoso.
3.-Zona Posterior: La zona posterior, limitada por detrás y a los lados por el plano convencional que separa la base del cráneo de la bóveda, esta limitada por delante por el borde superior de la lamina cuadrilátera del esfenoides y por el borde superior del peñasco. Esta constituida pues, por la vertiente posterior de la lamina cuadrilátera del esfenoides, la cara posterior del peñasco y toda la cara interna del occipital, exceptuando las fosas cerebrales, que pertenecen a la bóveda. A pesar de su extensión, no presenta más que una sola sutura, la sutura temporo-occipital, formada, como indica su nombre, por la yuxtaposición del temporal y del borde anterior del occipital. En el adulto no se distingue sutura marcada entre el cuerpo del esfenoides y la apófisis basilar.
En la zona posterior de la base del cráneo encontramos:
En la línea media y de delante atrás:
El canal basilar, sobre el cual descansan la protuberancia anular y el tronco basilar, arteria impar y media formada por la unión de las dos arterias vertebrales;
El agujero occipital, a través del cual pasan el bulbo y sus cubiertas, las arterias vertebrales, las arterias espinales, el nervio espinal que, procedente del bulbo, penetra en el cráneo para volver a salir de esta cavidad por el agujero rasgado posterior y, por ultimo, las raíces ascendentes del nervio hipogloso mayor;
La cresta occipital interna, que separa una de otra las dos fosas cerebelosas y en la cual se inserta la hoz del cerebelo;
La protuberancia occipital interna, que forma el limite extremo de la región; en este punto se reúnen la hoz del cerebro, la hoz del cerebelo y la tienda el cerebelo; en este punto convergen también muchos senos venosos para formar lo que se ha convenido en llamar prensa de Herofilo o torcular.
A los lados: las fosas cerebelosas, en las que descansan los hemisferios cerebelosos y en las que se distinguen una serie de agujeros y canales vasculares, a saber:
El canal petroso superior, que sigue el borde superior del peñasco y en el cual se aloja el seno venoso del mismo nombre.
El conducto auditivo interno, ya descrito en la cara posterior del peñasco, el cual da pasó a tres nervios: el auditivo, el facial y el nervio intermediario de Wrisberg.
El acueducto del vestíbulo, hendidura muy estrecha situada un poco por fuera del agujero precedente, el cual da paso a una pequeña arteria y al saco endolinfatico .
El agujero condileo anterior, situado en el reborde del agujero occipital, un poco por delante de su diámetro transversal, el cual da pasó al nervio hipogloso mayor.
El agujero condileo posterior, no constante, a través del cual pasa una vena anastomotica.
El canal lateral, que circunscribe la mayor parte de las fosas cerebelosas y en el que se aloja el seno venoso lateral, originándose en la protuberancia occipital interna, este canal se dirige primero horizontalmente hacia fuera hasta la porción mastoidea del temporal, y a partir de este punto se incurva casi en ángulo recto,dirigiendose oblicuamente hacia abajo y adentro y recorriendo, en esta segunda parte de su trayecto, la cara interna de la posición mastoidea del temporal y, finalmente, la parte mas externa de la sutura petrooccipital.
El agujero mastoideo, variable por su situación, pero terminando siempre en la segunda porción del canal lateral, da paso a una vena tributaria del seno lateral.
El canal petroso inferior, labrado en la parte mas interna de la sutura petrooccipital y dando alojamiento al seno petroso inferior.
El agujero rasgado posterior, ancha abertura colocada entre el borde anterior del occipital y el borde posterior del peñasco, y uniendo los dos canales lateral y petroso inferior los cuales en este punto se dirigen el uno hacia el otro. Su contorno es muy irregular y a esta circunstancia debe el nombre de agujero rasgado que le han dado todos los anatomistas; dos pequeñas apófisis óseas, desprendidas la primera del reborde petroso y la segunda del occipital, las cuales se encuentran muy cercas entre si, dividen el agujero rasgado posterior en dos porciones: una porción interna o anterior, destinada al nervio glosofaríngeo, y una porción externa o posterior, por la cual pasan, mas o menos juntos, el nervio neumogástrico, el nervio espinal y la vena yugular interna, que, como veremos mas adelante, no es mas que la continuación del seno lateral.

Configuracion exterior del craneo.

Considerando en su configuración exterior, encontramos también en el cráneo bóveda y base. Pero la bóveda y la base de la superficie exterior difieren de las regiones homónimas de la superficie interior, por añadirse a los lados de la primera una tercera región, la región temporal.
Región de la bóveda.- En sentido anteroposterior, la bóveda se extiende desde la eminencia frontal media hasta la protuberancia occipital externa; en sentido lateral, esta exactamente limitada por la línea temporal superior.
En la línea media encontramos en primer termino la sutura mediofrontal, que el adulto desaparece; vemos después la sutura biparietal o sagital, con el agujero parietal, siempre colocado acerca de esta sutura y por ultimo, la parte mas alta de concha occipital.
A los lados encontramos tres eminencias, más o menos marcadas según los sujetos, que de adelante atrás son: la eminencia frontal, la eminencia parietal y la eminencia occipital. Entre estas tres eminencias encontramos dos suturas: la primera, sutura frontoparietal o coronal, une el frontal al borde anterior del parietal; la segunda, sutura occipitoparietal o lambdoidea (en forma de lambda griega), une el borde superior del parietal al borde anterior del occipital.La bóveda del cráneo esta cubierta, en estado fresco, por el músculo occipitofrotal, y es bastante regularmente lisa en toda su extensión.
Región lateral o región temporal.- La región temporal que impropiamente se designa con el nombre de fosa temporal (únicamente su porción anteroinferior podría justificar semejante denominación), esta limitada por arriba y atrás por una línea curva, generalmente muy visible, que empieza por delante a nivel de la apófisis orbitaria externa (cresta lateral del frontal) y termina por detrás en la fontanela posterolateral, el asterion de los antropólogos en el punto en que converge a la vez el temporal, el parietal y el occipital; esta línea curva puede recibir el nombre de línea temporal. Simple en casi toda la porción que corresponde al hueso frontal, por abajo y un poco antes de llegar al parietal emite una rama de bifurcación, la cual, aunque correspondiendo a un radio mas corto, le es concéntrica y por detrás viene a terminar en la rama ascendente de la raíz longitudinal de la apófisis zigomática. Existen, pues dos líneas temporales, una superior y otra inferior, confundida primeramente hasta cerca de la sutura coronal, en donde nace la inferior, y separándose en seguida cada vez mas a medida que se aproxima a la apófisis mastoides. La línea temporal superior, como hemos dicho ya al hablar del parietal, presta inserción a la aponeurosis temporal, y en la línea temporal inferior se inserta el músculo temporal. Hacia abajo y adelante, la región temporal presenta una extensa abertura de forma oval y cuyo eje mayor es anteroposterior, está abertura pone a está región en comunicación directa con la fosa cigomática. Está abertura está circunscrita: por dentro, por una cresta anetroposterior muy irregular, la cresta esfenotemporal; hacia fuera, por la apófisis cigomática del temporal y por el hueso malar; por delante por la cara interna del hueso malar, y finalmente, por detrás, por la raíz transversa de la apófisis cigomática. La región temporal esta formada por los huesos: parietal, frontal, temporal y el ala mayor del esfenoides. En ella encontramos las diferentes suturas que unen estos huesos entre si, y además las dos suturas que unen el hueso malar, por una parte a la apófisis orbitaria externa del frontal, y por otra parte, a la apófisis cigomática de la concha temporal. En está zona no describiremos la apófisis mastoides y el conducto auditivo, los cuales estudiaremos en la región de la base de la base del cráneo.
Región de la base: Limitada por delante por la eminencia frontal media y por detrás por la protuberancia occipital externa, la base del cráneo esta circunscrita a cada lado de la línea media por una prolongada línea curva que uniría sucesivamente de adelante atrás: la apófisis orbitaria del frontal, el tubérculo cigomático y la apófisis mastoides, correspondiente estas dos ultimas eminencias al temporal. Sobre esta línea curva y como formando parte de ella, encontraremos fácilmente:
Los arcos orbitarios, y en estos unas veces un conducto y otras veces una simple escotadura (conducto o escotadura o supraorbitarios) para el paso del nervio supraorbitarios.
El borde anterior del ala mayor del esfenoides.
La cresta esfenotemporal que le sigue.
La raíz longitudinal de la apófisis cigomática.
Y último, la línea curva occipital superior, que nos conduce hasta la protuberancia occipital externa.

Para el estudio del área de la base del cráneo tracemos ante todo una línea trasversal que se extienda de un tubérculo cigomático al otro (línea bicigomatica), y luego tracemos otra línea paralela que una las dos apófisis mastoides (línea bimastoide). Estas dos líneas, aun siendo convencionales nos permiten dividir la base del cráneo en tres porciones o zonas a saber:
1) una porción anterior o zona facial, situada por delante de la línea bicigomatica;
2) una porción media o zona yugular, comprendida entre la línea bicigomatica y la bimastoidea:
3) una porción posterior o zona occipital, que comprende toda la región de la base que encuentra situada por detrás de la línea bimastoidea.
Estudiemos ahora cada una de estas zonas.
Zona Facial: En la constitución de la zona facial entran los huesos: esfenoides, el etmoides y el frontal.
1) En la línea media, y de adelante atrás, encontramos en esta zona sucesivamente:
a) la espina nasal del frontal
b) la lámina perpendicular del etmoides
c) la cresta esfenoidal inferior, en la cual viene a fijarse el vomer.
2) A los lados de la línea media encontramos primeramente la bóveda de las fosas nasales, canal prolongado y estrecho, formado por la lámina cribosa del etmoides por delante y el cuerpo del esfenoides por detrás. Por fuera de este canal encontramos en la zona facial la masa inferior de las masas laterales del etmoides, y, por ultimo, la mitad superior de la orbita, cuya mitad inferior esta formada por los huesos de la cara. Encontramos también, por detrás de la orbita y por fuera de la apófisis pterigoides, una superficie horizontal, rugosa, perfectamente separada de la región lateral del cráneo por la cresta del esfenoides: es la superficie esfenocigomática del ala mayor del esfenoides, en la cual viene a insertarse los manojos superiores del músculo pterigoneo externo.
En la zona facial de la base del cráneo viene a abrirse los agujeros y conductos siguientes: los agujeros olfatorios, la hendidura etmoidal, el agujero etmoidal, los dos conductos etmoidales o conductos orbitarios internos, el agujero óptico, la hendidura esfenoidal y el orificio del seno esfenoidal.
Zona Yugular está formada:
1) En la línea media, por la superficie basilar del occipital, en donde vienen a insertarse los músculos recto anterior mayor y recto anterior menor de la cabeza, y en la cual encontramos, además de las rugosidades destinadas a la inserción de estos músculos, el tubérculo faríngeo y la fosita navicular de POELCHEN.
2) A los lados, por los dos cuadriláteros perfectamente regulares, en los cuales parecen darse cita todos los orificios que ponen en comunicación las diversas regiones del cuello con la cavidad craneal. Cada uno de estos cuadriláteros tiene en sus cuatro ángulos cuatro eminencias óseas importantes, que nos son ya conocidas: el tubérculo cigomático, la apófisis pterigoides, el cóndilo del occipital y la apófisis mastoides. Así se encuentra circunscrito por cuatro líneas rectas que reúnen dos a dos estas diferentes eminencias angulares. Por lo demás está formado: por delante y afuera, por la concha del temporal y el ala mayor del esfenoides; por detrás y adentro, por la porción precondílea de occipital, y en su parte media, por la cara inferior del peñasco.
Además, una serie lineal de crestas y prominencias que van de las apófisis mastoides a la apófisis pterigoides dividen nuestro cuadrilátero en dos triángulos sensiblemente iguales en superficie:
Un triángulo anteroexterno.
Un triángulo posterointero.
Esta línea de prominencias está formada, de la apófisis mastoides a la apófisis pterigoides: por la apófisis estiloides, por su apófisis vaginal que traspasa sus límites tanto por dentro como por fuera, por la espina del esfenoides y, por último, por una laminilla ósea más o menos desarrollada que, partiendo de esta última apófisis, costea el borde interno del ala mayor del esfenoides y termina en el ala externa de la apófisis pterigoides.
1) En el triángulo anteroexterno encontramos:
El conducto auditivo externo.
La cavidad glenoidea del temporal, que circunscribe por delante la raíz transversa de la apófisis cigomática y resulta dividida en dos porciones bien distintas por la cisura de Glaser.
El agujero redondo menor.
El agujero oval.
2) A su vez encontramos en el triángulo posterointerno:
El agujero estilomastoideo.
El agujero rasgado posterior y la fosa yugular, que le sigue por fuera y poco por delante.
El orificio inferior del conducto carotídeo.
Entre último orificio y la fosa yugular en el vértice de una cresta que los separa, el orificio inferior del conducto de Jacobson.
En el borde posterior del peñasco, el acueducto del caracol.
En el borde anterior del mismo hueso, el orificio exocraneal de la trompa de Eustaquio y el del conducto de músculo del martillo.
Por delante del cóndilo del occipital, la fosita condílea anterior, en el fondo de la cual se abre el agujero condíleo anterior.
En el vértice del peñasco, el agujero rasgado anterior.
Por delante de este último, en la base de la apófisis pterigoides, el orificio posterior del conducto vidiano, más o menos oculto por el vértice del peñasco, conducto que por otra parte, se abre en la fosa pterigomaxilar.
Entre el agujero rasgado anterior y el orificio inferior del conducto carotídeo, una superficie cuadrilátera rugosa, en la cual vienen a insertarse los músculos periestafilino externo e interno del martillo.

Zona Occipital: está enteramente formada por el occipital, y la porción mastoidea del temporal. En su límite anterior, la línea bimastoidea, encontramos primeramente, en su trayecto y en cada la do de la línea media, tres eminencias importantes que son, de dentro a fuera:
a) el cóndilo occipital, con su superficie articular muy prolongada y oblicua hacia delante y adentro, por detrás está limitado por la fosa condílea posterior, en cuyo fondo se ve frecuentemente un agujero, el agujero condileo posterior, que da paso a una vena del mismo nombre.
b) la apófisis yugular, con su superficie rugosa para la inserción del músculo recto lateral del cuello.
c) por ultimo la apófisis mastoides, en cuyo lado interno se ve la ranura digastrica, de donde nace el músculo del mismo nombre.
En la línea media, la zona occipital presenta el agujero occipital y la protuberancia occipital externa, unidos entre si por una cresta generalmente bien deslindada, la cresta occipital externa. De las dos extremidades, y también de la parte media de la cresta, parten tres líneas curvas concéntricas, que se dirigen las tres hacia fuera y adelante:
La primera de estas líneas empieza en la protuberancia occipital externa y termina en la apófisis mastoides, es la línea curva occipital superior.
La segunda empieza en la parte media de la cresta occipital y termina en el lado externo de la apófisis yugular, es la línea curva occipital inferior.
La tercera, que parte de la extremidad anterior de la cresta occipital, es en realidad el reborde posterior del agujero occipital.
Las dos líneas curva occipitales y las superficies rugosas que circunscriben prestan inserción a gran número de músculos: occipital, trapecio, esternocleidomastoideo, esplenio, complexo mayor, complexo menor, recto posterior mayor y menor de la cabeza, oblicuo menor


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